"Siluetas" de Ana Jannelli


Recuerdo el día que conocí a Ana. Ella estaba describiendo una fotografía por radio. Me pareció tan curioso y a la vez tan poético ese momento que me dije a mi misma, estás frente a un hallazgo. ¿Vieron que sucede eso? Que de pronto estás frente a una persona que te gusta descubrir que existe. Bueno, algo así. Esperé que terminara de describir aquella imagen y me levanté para mirarla en el monitor. Ana había conseguido que yo viera esa foto, sin tener la imagen delante, pero no sólo ver la foto en sí, sino ver la poesía que el fotógrafo había captado. Se trataba de una costa de Cuba. Había bruma. Foto blanco y negro. Era sábado. Ana estaba en Ópera Prima, el programa anterior a Perras Negras y así nos conocimos. Luego vino lo demás. Ponernos en sintonía fue fácil, querer hacer cosas juntas más fácil aún. Me doy cuenta que Ana es de esas personas que te facilitan la vida. Enseguida nos pusimos a compartir la pasión por la poesía, las imágenes, las fotos, los detalles. 
Consecuencia de ello es el espacio que Ana lleva adelante en Perras NegrasClub Atlético de Poetas y luego Boleto de ida y vuelta el blog de fotografía y poesía que vamos haciendo juntas.

Mañana se inaugura una muestra de fotos de Ana, me ha invitado a leer poesía. Ya tengo ganas de esconderme bajo la cama, pero en un acto de valentía absoluta, allí estaré junto a ella. Nadie se va a enterar que las dos estamos realmente aterradas. Haremos como que es habitual exponer fotos y leer en público, pondremos cara de póker, meteremos la pata en algún momento incómodo -eso sí es habitual entre nosotras- y luego estaremos encantadas. No me quedan dudas que será así, gracias Ana.



El Jueves 1° de Noviembre, a las 19:30 hs. se inaugura la muestra “Siluetas” 
de Ana Jannelli.


Fecha inauguración | Jueves 1° de noviembre a las 19,30 hs 

Fecha de muestra | Todo noviembre - Lunes a Viernes 14 a 21hs. Sábados de 10 a 14hs 

Dirección | Nuevo Foto Club Argentino - Talcahuano 342 1º 14, Buenos Aires 

Link  | http://www.nuevofca.com.ar/muestra-ana-jannelli/ 

 Quedan invitados


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Boletos y refacciones

Hay BOLETO, pero además con Ana Laura, nos hemos pasado horas mimando el blog, y lo dejamos tan bonito que engordamos de la felicidad. Miren si no es requetebuena la posibilidad de darle un vistazo general a lo último que hemos publicado, abriendo la pestaña magazine. Y si querés ver sólo fotos buscando la pestaña flipcard tenés la posibilidad de ver todas las fotos que hemos subido de Ana. Para ver las fotos en forma de mosaico buscás la pestaña mosaic y también tenés todas las fotos desde el principio, sin tener que bajar con el dedido, que siempre se acalambra. 
Si lo que buscás es poesía (bueno, o algo parecido a eso) buscando en timeslide lo encontrás.

¿No es genial?




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Ya no escribo


Ya no escribo.

Escarbo.

Esto lo escribí en un post que ya no me acuerdo ni el mes, ni el año, pero sí la sensación. Otra vez lo mismo. Eso de hurgar en el teclado, rasgar el vidrio de mis lentes, del monitor, de la ventana y sólo incomodar a mis dientes con ese ruido que hacen las uñas provocando irritación al escucharlo. Manoseo pensamientos hasta dejarlos mugrosos. Quedan ajados en el umbral de mis labios. Atascados allí. Mi boca convertida en florero o basural. Escarbo. Esto no es escribir. Palpo una posibilidad que me conmueve. Ahí está la punta del hallazgo. Tiro un poco. Viene algo. Ya no escribo. Acaricio. Busco tibiamente la manera de contarlo y todo lo tibio, se vuelve flojo. Vano. Mejor no escribo. Sigo con ese trabajo íntimo de remover espumas o nieves eternas o telarañas o espasmos.


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Dos puntos.

Un alien me mastica por dentro. Vaya a saber cuántos órganos ya se ha comido para dejarme así, con éste óxido en la garganta. Tal vez esta mano que teclea no sea mía, o sólo pertenezca a la mitad aún no devorada de mí que escribe desesperada antes de que sea tarde. Antes de olvidar cómo era que se hacía.
Una cáscara que sangra como el durazno del flaco, escribe llorando. Una espalda se dobla sombría y acuna un sentir cargado de voces. Prisionera de una garra infame, ahora pone un punto, o dos y dice penas, en vez de gritar el hartazgo. 

Si sobremuero ya sabré qué camino encontrar para contarlo.




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Boletos/ Anónimos/ Niños sin nombre


Les dejo un BOLETO, si quieren pueden darse una vuelta, gracias!

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Lo que trajo el hacer radio


La distancia que hay entre el músico y la nena, puede ser una carretera imposible de transitar o un tramo que vale la pena vivir. Pienso esto porque parto de la idea que algo bueno ha de traer alguien que canta una canción y alguien que se detiene a escucharlo, o al revés.


Llevo días queriendo escribir cosas que siento, pero como el hacer por fuera exige de mí cada vez mas, es poco el tiempo que dispongo para caer en la profundidad de ese lugar blandito donde se cocina lo mejor de un sueño. A veces me planteo que sólo por eso -que me queda poco tiempo para leer y escribir aquí- lo dejaría todo, luego sigo porque creo que hay allí algo que amo hacer. Y voy así recorriendo los contornos, porque todo es para YA y me pierdo una parte que adoro, dar vueltas en el fondo. Tener el tiempo necesario para encontrarme con las palabras precisas y poder expresar así lo que voy viviendo.

O sea, esto que escribo a continuación carecerá de ese colchoncito tibio y hospitalario que invita al lector a sentir que ha encontrado un buen lugar donde caminar descalzo. Intentaré contar de manera breve algo que empezó siendo un juego y hoy, después de chiquicientas vueltas, emociones positivas, negativas, conflictos, aciertos, errores, maldita la hora en que me metí en esto, bendito el momento en que decidí mandarme, horror, alegría, susto, risa, y algún que otro llanto, sigue siendo un juego. Un juego que me tomo en serio, eso también debo decirlo.

Hace mas de 2 años se me ocurrió la idea loca de hacer radio. No soy locutora, no tenía ni remota idea de qué se trataba eso, no sabía qué podía resultar. Sólo recordaba que de niña jugaba a que tenía una radio donde pasaba temas de Los Beatles, una especie de Alberto Badía era yo. Y contaba cosas de ellos a un micrófono hecho con una latita, cosas que inventaba o que escuchaba decir a mi hermano mayor. En el tocadiscos del comedor pasaba la música que mas me gustaba, contaba historias y leía el diario con las noticias que me parecían relevantes. Eso era lo único que yo sabía de la radio.

Ahora que lo pienso,  tenía ya de muy chica, una gran intriga con el aparato en sí. Una mañana que me levanté cuando mis padres dormían, aproveché la soledad de la cocina, y abrí la radio y la investigué. Desconecté varios cablecitos, los volví a conectar, saqué piecitas, las puse otra vez, todas mal. Todo ese trabajo sin encontrar lo que buscaba, que eran los hombrecitos que estaban atrapados allí dentro. ¿De dónde cuerno salían todas las voces que vivían escondidas ahí? Juro que yo pensaba en un mundo de enanitos metidos ahí hablando todo el día. Cuando ví que no era así, y que para mí, era re aburrido ese mundo de cablecitos, la cerré. Era de cuero marrón, mediana, pesada. Mi padre se levantó esa mañana y la encendió. Nunca mas anduvo. Cuando intentó arreglarla se encontró con una cucharita que “alguien” había dejado olvidada allí dentro. Me preguntó si yo sabía qué hacía esa cucharita ahí. Obvio que negué todo. Le dije que los enanos tampoco eran, porque era mentira eso que él me decía que ahí adentro vivían unos enanitos. Yo nada mas ví cables y cositas raras, le dije ¿Y la cucharita? –seguía preguntando mi viejo- Ni idea –seguí en mis trece- para mí que los señores que la construyeron se la olvidaron ahí. Yo tendría 5 años. Tardé en confesar el desastre que hice en aquella radio que nunca mas funcionó como 15 años, pues mi padre de tanto en tanto me preguntaba si yo sabía algo de aquella cucharita que él había encontrado en su radio.
Así, con el único conocimiento de una cucharita atrapada adentro de un aparato extraño, empecé a hacer Perras Negras. 

Mañana cumplimos los 100 programas. 

No es nada extraordinario en sí, aunque lo escriba bien grande. Un pedazo importante de paciencia y se llega a cien programas. Lo extraordinario es todo lo que trajo el hacer radio, lo que aprendí, lo que experimenté, la gente que conocí, los caminos que se abrieron. Un mundo que siempre vi como espectadora lejana, ahora yo tenía la posibilidad de recrearlo.
No hablo sólo de estar los sábados durante una hora frente al micrófono y listo. Para hacer esa hora de programa, tengo que leer, investigar, buscar qué llevo, porqué elijo eso, para qué, a quién le puede interesar, qué puedo aportar. Es un programa literario, tengo que intentar que no sea aburrido, que le interese a alguna persona, que no sea sólo para intelectuales, que lo pueda escuchar alguien que gusta de la literatura, como alguien que no lee tanto, o que no lee nada. La idea no es cerrarnos a los que aman la poesía, los cuentos y las historias, sino ir mas allá. Llegar al que jamás agarraría un libro de poesía. Al que pasa por una fotografía y no la ve. Atrapar el animal exótico es lo que persigue el cazador (odio los cazadores de animales, es un mal ejemplo, pero es clarito) Y esa idea de tener un espacio relacionado con lo literario, un espacio con tan poca popularidad, nos llevó crear el Club Atlético de Poetas y éste espacio  nos fue llevando a hacer una revista literaria (que da un trabajo innnn-mmmennn-soooo)  y a otros proyectos que todavía no puedo contar, pero estamos trabajando en ello. Y lo mas importante es que en una pequeña ciudad del sur del conurbano, como es Bernal, donde prácticamente toda la movida cultural es absorbida por lo que pasa en  la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se haya consolidado un espacio independiente,  en el que músicos, escritores, poetas, artistas plásticos, locos lindos, bohemios, auténticos cronopios tomen contacto entre sí y puedan compartir su hacer dentro del arte.

Eso trajo la radio.

Por eso estoy encantada con haber llegado hasta acá. Porque no fue fácil, porque mas de una vez me sentí mas sola que Hitler el día del amigo, porque muchas veces miré el contador de escuchas y del otro lado había tres personas y eso es sinónimo de cero interés, pero por esas tres personas seguí. Esas tres personas fueron multitud dentro de mi cabeza y por esas tres personas el sábado siguiente me preocupé de buscar un contenido distinto, algo que guste, pero que no me aleje de lo que en sí era la idea central del programa. Buscar algo. Siempre algo mas y después fueron 4 y luego 10 y un día dejé de fijarme cuántos había del otro lado porque alguna vez no hubo nadie y me entristecí, porque pensé que estaba haciendo las cosas mal, pero otro día, oh sorpresa, de la nada había 20 del otro lado, entonces entendí que la cosa era así. Lo literario no arrastra multitudes, 20 eran una banda.  Y había que apreciar a esa cantidad de gente y respetarla.

Aye y Karina, las compañeras que estuvieron conmigo al principio, encontraron otros proyectos que les despertaron mas interés y se fueron,  sigo muy agradecida a ellas porque me ayudaron a dar los primeros pasos. Luego estuve sola muchos meses. Después conocí a Ana y a Alejandro y noté que había empatía, que hablábamos parecido, les propuse sumarse a esta movida con lo que ellos quisieran aportar al programa y desde ese momento ahí vamos, perreando los sábados a la tardecida, cuando por la ventana de Neruda entra la última luz del sol.

Cien programas de Perras Negras Cien

Si vivís por Bernal pasá mañana a la tarde por el Ríe Bar Cultural, 
que vamos a estar haciendo el programa en vivo a partir de las 17 Hs, 
nos juntamos antes para empezar en punto. 
Y si vivís lejos y querés escuchar, podés hacerlo entrando a www.radiohartares.com

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Creo que a esto lo escribí alguna otra vez



Y aún así, me refiero a las fallas de fábrica, quiero ser puente. 
No te voy a mentir, muchas veces, siento que no voy a poder. Me falta la resistencia necesaria. Soy un puentecito rústico hecho a mano con maderas encontradas al paso. Pienso mas de una vez, pobres los que pasen por sobre mi estructura inestable, que mejor no pasen, ni me caminen, ni se atrevan, pero me hago puente igual y en ese intento me hago fuerte. Me digo que puedo y que quiero y soy puente. Ya sé que hay mejores puentes de verdad, construcciones perfectas de arquitectura moderna. Yo soy un rústico puente hecho por la necesidad imperiosa de unir mi orilla con la tuya.
El mundo sería mejor si hubiera mas puentes que barreras.

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