Patio blanco

Cada día hace lo mismo.

Se sienta frente a su patio blanco y mira pasar su vida con vértigo. Convertido en un espectador de cine mudo, acecha. Quiere frente al cándido patio pescar esos momentos con su red de cazador furtivo, recrearlos, quitárselos al aire para que no sigan fugándose como halcones peregrinos, pero le pasa algo insólito. Se queda con las manos abiertas, los dedos listos, la boca quebrada y tiesa, los dientes presos, los ojos lóbregos y las palabras yertas. 

En una estación remota de la que no pueden salir. Entonces se queda allí, pintado a carbonilla entre lo níveo, desdibujándose sobre las grietas de sus manos.


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Ciclos

Las historias se repiten.
Yo también me fui de la casa de mis padres un domingo así de gris. 

No sabía que me iba para siempre. De haberlo sabido me hubiera llevado algo mas que la valija con algo de ropa y unos libros. 
Tampoco ella lo sabe, sólo se va y un abrazo mudo nos envuelve. Es tibio y apretadito como un suéter viejo.

Después la puerta se abre y tintinea una campanilla que choca contra el marco y lo que fue el sonido que avisaba las llegadas cotidianas, ahora será la música de bienvenida para alguna vez que pueda venir. Y yo le diré lo que me decían a mi "te esperaba" o le cantaré por dentro esa canción que cantaba por fuera, aquellos días cuando la que se iba era yo y que decía algo así como qué suerte que viniste justo te necesitaba ...

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Es una nube (no hay duda -Vox Dei-)



"Y floto bajo la estéril
Blanco de roja nostalgia"

Doy vueltas sobre mí, templando esta garganta muda, al arrullo de unas nubes quietas. Floto. Creo que floto. Sueño que floto. Me amparo en esa sensación de aire floja que me envuelve, y me doy tiempo, un espacio en el minutero de arena fiel. 
No sucede nada.
Descarto hilos anudados, naufrago entre renglones que escribo y leo como si caminara por los pasillos de un edificio abandonado. Me he ido. No sé cómo volver al patio blanco y reinventar el centro de un pequeño mundo. Me salí de esa burbuja frágil que encierra la maravilla, o la debo haber roto en un descuido. Y ahora desmenuzada ante mi, roja de nostalgia, de furiosa pena, de rabia a veces siento que la magia viene de puntillas y me empuja en las sombras de mi casa, me quebranta, me azuza y espolea con sus manos ávidas y yo, apenas giro, trompo de nada al gorjeo de una lluvia mansa.

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Como un trompo



Estoy
sentado en un cráter desierto
sigo aguardando el temblor en mi cuerpo. 
Nadie me vio partir (lo sé), nadie me espera.
-Gustavo Cerati (Soda Stéreo)-

Todo comenzó con un temblor leve. Después siguió el silencio inquieto de quien espera que todo siga estremeciéndose, pero el movimiento se detiene. Pasan los días como desiertos inmóviles. Todo resulta confortablemente detenido otra vez, qué alivio se puede respirar sin sobresaltos, aunque al mirar el fondo del vaso, en el agua se abren círculos concéntricos y eso ya sabemos qué es. Así en ese escenario de cartón piedra estamos, hasta que otra vez en medio de esa nada de soplo del ventilador, en la que uno se acostumbra otra vez a la tierra firme, a la brisa fácil, al resplandor de los pequeños momentos, al aquí y ahora, es todo lo hay y no sé qué va a pasar mañana y lo que ya fue, es un recuerdo. La comida se enfría, no pienses, sólo que todo empezó así de simple, como ahora el tenedor rompe el techo de la torre de puré que no voy a poder tragar si sigo pensando. No pienses, es que fue con esa agitación en el aire que empezó todo. Ni siquiera había tocado el suelo, el movimiento no empezó por el suelo, ni en las paredes que fueron alcanzadas mas tarde, junto con las luces que en un violento vaivén aflojaron parte del techo. La vibración fue en el aire que se volvió fría de pronto y comenzó a tiritar como una tarde de invierno. Y yo junto a ella, tiemblo cuando nadie me ve, y me quedo así, oscilando de a ratos, sin poder estarme quieta entre tanto movimiento.

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Siempre vuelvo a mi blog


"Volveré y seré millones" 
No, en serio, siempre vuelvo a mi blog, pero ahora soy un montòn de lucecitas dispersas que va de un lado al otro tratando de cumplir con todos los compromisos tomados que son abundantes, a decir verdad mas que lucecitas soy un chisporroteo vivo. No me queda espacio físico ni mental para escribir, postear, visitar y leer a mis amigos, así que dejo luz en mi ventana, quiero dejarla iluminada por si alguien pasa y quiere entrar, pero yo me tomo unos días antes de que me tape el mar. 
Apenas pueda regreso, porque a mi blog siempre vuelvo.

¡Buena suerte y hasta luego!





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Una de horror de Yousef


  ¡Buenos días Yous! ¿Estás bien?
-¡Fantástica!
- Qué bueno, estás parada?
-Si Luisita ¿Me siento?
-Si, es quetengo malas noticias Yousita
- ¿Quién se murió? Siempre me llamás para avisarme de alguien…
- No lo vas a poder creer, pero se murió Fulanita Gonzalez del Solar!!
- No te lo puedo creer
-Bueno, tenía mas de 80 años ya...
- Si pero estaba regia
- Aunque en silla de ruedas pobrecita, imaginate
- Si, es cierto con lo andariega que era, mejor...
-Bueno, el velatorio es hasta las tres
- ¡¡¡Pero son las dos!!!
- Bueno, apurate!
- ¿Nos vemos allá con el resto de las chicas?
- Si si, ahora te dejo porque tengo que seguir avisando...

Yousef desde su mas tierna infancia tiene aprendida la conducta de los velorios. No falta jamás a ninguno, llega seria, compungida, reza sus oraciones y se sienta con cara de circunstancia, luego se retira saludando a los deudos. En ocasiones muy sentidas llora como es debido, pero es de controlar sus emociones, escondiendo su rostro en un pañuelo.

Esta vez llegó al velorio como vaca espantada porque le avisaron con poco tiempo y no quería llegar para el final porque es una falta de respeto. A las 2 y monedas estaba entrando a la funeraria. Acompañada por su bastón, vestida discretamente y sin aros. Como única bijouterie le colgaba del cuello en agitado vaivén su rosario. Levantó su ceja derecha, estiró la frente hasta dejarla lisa como una autopista, respiró profundo y entró.
Era raro, no estaban las chicas. Bah, chicas unas pocas viejas que son las que van quedando. Raro, pero aún no habían llegado. Qué cosa fea llegar tan tarde a los velorios -pensó- Y se encaminó orgullosa pues ella si había llegado tempranito. Caminó con su paso corto, pero firme hacia alguna parte buscando algún familiar de Fulanita. Con indignación comprobó que no había familia tampoco. Ella dice que no, pero debe haber pensado cosas espantosas de la gente joven que se olvida de los viejos. Una profesora como Fulana Gonzalez del Solar que entregó su vida a la docencia y ni un alumno para despedirla. Ni un compañero de tantos años, ni los sobrinos que fueron como sus hijos, nadie...
Qué desgracia de vida, pobrecita, menos mal que me enteré y vine, acá estoy Fulanita, no estás sola. Y ya sacó su pañuelo.

Se acercó levemente al ataúd rezando, no quería verla mucho, prefería recordarla con vida, igual se acercó lo suficiente como para encontrarla tan cambiada que se espantó de lo joven que la vio. 

Padre nuestro que...Ni una arruga,  estás en los cielos, es lo que tiene la muerte que te rejuvenece, santificado sea tu nombre... Ella siempre tuvo una piel de porcelana, pobrecita. Y por eso está asi de linda, muerta y todo. 
Venga a nosotros tu reino lo que no entiendo es por qué esos maleducados hágase tu voluntad 
me miran y se ríen descaradamente, así en la tierra como la gente de ahora no tiene respeto en los velorios, en el cielo qué barbaridad. Se ríen y no nos dejes caer, ¿se estarán riendo de mi? mas líbranos del mal, la puta que los parío, amén.
Capaz que me equivoqué de velorio, ahora con tantas salas, seguro que me metí en la equivocada y por eso no están las chicas.

Yousef se dirigió hacia la cocina y le preguntó a la encargada si la difunta era Fulana Gonzalez del Solar, si señora es ella. ¡Ah menos mal! Pensé que me había equivocado de velorio, porque unos impertinentes se están riendo de mí desde hace rato. No les haga caso señora, la juventud está perdida. Si, es lo mismo que yo pensé querida, disculpá pero tengo que seguir con mis oraciones. Vaya, vaya abuelita, póngase cómoda.

Abuelita, abuelita…¡Abuelita tu hermana! Mis nietas son jovencitas...
¡Qué manía de llamarte abuelita, madrecita, mi amor y esas cosas amorosas cuando no hay amor!
Dios de salve María, qué rara que está Fulanita, llena eres de gracia...

Una señora con los ojos rojos de llorar y con mucho respeto se acercó a Yousef, la tomó del brazo y la sacó lentamente  de la sala .
Disculpe que la moleste, pero no la conozco ¿Ud de dónde conocía a Fulanita?
¡¡¡Uhhh de toda la vida!!! Estudiamos juntas, trabajamos juntas, toda una vida de amistad
¡Qué raro! Mi hija nunca me habló de usted
¡No, lo raro es que usted sea la madre de mi amiga!
¿Por qué raro?
¡Porque usted es tan joven que no puede ser la madre de mi amiga! ¡¡Usted puede ser su hija!! Además yo fui al velorio de la madre de Fulanita hace como mil años

( silencio de radio…)

-       Mi hija es Fulana Gonzalez del Solar
-      ¡ Mi amiga también!
-       Si, lo sé, pero esa amiga suya, es la otra Fulana Gonzalez el Solar, la que no murió. Hoy nos enteramos que en el pueblo había otra persona con el mismo nombre, una casualidad triste, porque ni parientes somos.

Horror.
Horror-horror-horror- Esa palabra le martilló la cabeza a Yousef por unos segundos interminables-
¡Cómo no me avisaron!  Quéeeehorror. ¿Por qué no me avisaron? Horror. Que la tierra me trague…
-Vaya tranquila señora y cuídese- le dijo la señora respetuosa.

Y allí salió Yousef con la única compañía de su bastoncito y el rosario en eterno vaivén, entre medio de risitas socarronas de algunos presentes y a puteada limpia para sus adentros. 
Horror.

Al llegar a su casa lo primero que hace es ir hacia el teléfono para mandar a la reverenda m… a la encargada de hacer la cadena, pero antes suena el teléfono.
-       Hola Yous???
-       Si, quién habla
-       Te habla Fulanita Gonzalez del Solar todavía desde este mundo. Te llamaba para agradecerte que hayas ido a mi velorio, es mas sos la única que fue, así que cuando me muera a la única que le voy a avisar va a ser a vos!
-       Ay perdóname pero a tu velorio yo ya fui, no voy a ir dos veces, a pesar de que se te veía bien rara, te recé un buen rato!
-       ¿Y a mi casa no te venís a tomar unos mates?
-       Bueno, eso me gusta mas que un velorio, mañana voy y nos reímos de las cosas de antes.
-       Chau, nos vemos mañana
-       ¡Pero no te mueras eh!
       ¡ No ya me morí una vez, dos ni loca!




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