"Tuve tal paciencia

que ya nunca olvido"

-Rimbaud-



Tengo pocas virtudes, una de ellas era la paciencia.

Solía esperar por temporadas que sucediera algo. Disfrutaba imaginar la antelación de los hechos, los hacía y los deshacía a mi antojo y cuando sucedían, ya los había vivido de tantas formas posibles antes, que lo que estaba ante mí era algo inesperado, nuevo, diferente porque rara vez coincidía la reconstrucción de lo que podía suceder en mi anticipada fantasía o por el contrario sucedía lo que una y otra vez yo había supuesto y ¡plin! Se acababa el juego en un abrir y cerrar de ojos, como esos castillos de naipes que se derrumban al menor contacto con una ráfaga de aire.

Ese juego luego se me vino encontra, pero esa es otra historia.

Al comenzar mi escrito, hablo en tiempo pasado de una de mis virtudes y digo “era la paciencia” porque muy a mi pesar me he vuelto impaciente.

Y pareciera que junto a esa alteración de mi persona, he ganado algo así, como un ramillete de flores naturales que con el correr de los días como es normal, se van ajando. Un ramito de hierbas aromáticas que tienen que ver con la memoria y cosa extraña, a medida que crece mi impaciencia como un matorral seco en la desmesura de los días, el perfume de lo que no olvido se vuelve mas intenso, hasta que por momentos me embarga un profundo asco.

¿Será sólo un tiempo de aridez o me estaré volviendo un desolado territorio?

10 Comentarios

  1. Hala!!!

    Pareces Tora Salvaje.

    A ver si te he contagiado...
    Lo siento.

    Besos.

  2. Tú un desolado territorio? jajaja, no me hagas reír.besos,jacarandá***

  3. :) A veces la impaciencia es también una virtud :)

  4. Genín says:

    No, tranquila, todo es temporal, pasa y regresa y vuelve a pasar, así hasta el final de nuestros dias...
    Afortunadamente muchos olores quedan disueltos en el camino y no los volvemos a recordar...
    Besos y salud

  5. Las cosas vuelven a ser lo que eran, con el tiempo.
    Besotes " Tora Salvaje".

  6. Vos sos un de las almas más fértiles que he conocido. Pero las almas al igual que las negras y fecundas tierras, entre cosecha y cosecha, necesitan un tiempo de espera.
    Se la debe remover, se la debe arar, para luego sembrar y esperar nuevamente para que nazcan los frutos.
    Si hasta las ojas resecas, las letras que sientes marchitas, están llenas de vos. De tu ser transparente, de tu normalidad de montaña rusa, como la mía, como la de la mayoría de los mortales.
    Pero vos tenés cualidad de papel de calcar, y si te quieres dibujar sobre el, lo haces con la verdad, en palabras concretas. Yo encambio, me desfiguro, o lo intento, en alguna metáfora mediocre.
    Nunca podrás dejar de ser quien sos, de alejarte de tu esencia.

    Un fuerte abrazo, y como siempre, escribis de maravillas.
    Aunque como dice Torito, parece que te hubieras contagiado, un poquito jajaja,

    Te quiero mucho Pato!!!

  7. rh says:

    Si escuchara eso que escribes en una conversación creo que no diría una sola palabra. Me mantendría en un respestuoso silencio intentando transmitir con él que creo que comprendo lo que cuentas y que estoy intentando traducirlo a mi experiencia. Hay temporadas en que parece que nos falta una especie de vitaminas en el espíritu y eso se refleja en las ganas. Se potencia el desencanto, a veces incluso el hastío. Lo que pasa es que uno es lo que es a pesar de sí mismo y al final nos vuelven a enganchar las cosas que encienden los interruptores de la luz. Al menos eso creo yo. Creo que puede ser cosa de los años, desgaste del tiempo.
    Eso se me pasaría por la cabeza pero estoy casi seguro que no diría nada que en este caso sería una forma de asentir a estas palabras que considero tan inteligentes.
    Besos

  8. Malena says:

    La paciencia es una virtud, si. Hasta que se desvirtúa y se convierte en aguantar lo inaguantable.
    Yo no sé si soy paciente o terca. Estas cosas tienden a confundirse y no son iguales. Soy de las que espero a Godot.
    Es que me hicieron creer que esperar y ser paciente era símbolo de fortaleza de espíritu, de no dejarse doblegar por los avatares de la vida.
    Refranes, dichos, poemas, la Biblia ... todos me decían ESPERA Y TENDRÁS TUS FRUTOS.
    Y la mayoría de las veces acumulaba un hambre de años que debía ser saciado con una nuez (fruto al fin, desagradecida).
    Sigo siendo paciente, si, sigo esperando. Pero trato de no desesperar en la espera, de no esperar peras del olmo y de tenerme más paciencia a mi misma cuando, de vez en vez, pateo el tablero.

  9. Malena says:

    Resumiendo:
    Dejate llevar por este momento de impaciencia, disfrutalo, y que - por una vez - los demás te tengan paciencia a vos.

  10. Ernesto. says:

    Escribes muy bien... con un cierto deje pero muy bien... Entretenido.

Gracias por tus palabras