"Lo viste.
Seguro que vos también, alguna vez, lo viste: te hablo de ese eterno ciclista solo, tan solo, que repecha las calles por la noche"

Se llamaba Felipe, era un hombre alto, delgadisimo, con una cabecita de dimensiones normales, pero que se empequeñecía al tener que sostener una nariz de antología.
Su naríz era algo descomunal, algo jamas visto, sin embargo en el pueblo no le llamaban "el narigón", habia otros narigones famosos y él ni siquiera llegaba a tener tanta fama, simplemente le decían Felipe el hermoso, en clara alusión a su inexistente belleza.

Estaba permanetemente unido a una bicicleta amarilla que lo hacía sentir importante, él era una persona casi triste cuando estaba sin su bicicleta, era mas bien apagadito y serio, sin embargo cuando se subía a ese mundo fantástico de dos ruedas, los ojitos le brillaban y su nuez de adán tan gigante como su nariz subía y bajaba dando saltos.

Todos los trabajos que conseguía eran sin bicicleta y los aceptaba a regañadientes, porque tenía que vivir, pero esas horas vividas separado de ella, eran un tormento, se le iban escapando de a poco las fuerzas, hasta volverse finito y doblado sobre un reloj tirano. Esas horas pasaban en cámara lenta mientras sus ojitos se escapaban cada tanto para mirar a su bicicleta estacionada entre cientos de bicicletas mas, pero desde lejos la reconocía por su brillo y una cosquilla lo recorría por dentro, imaginando la hora de salida, el momento de subirse al cielo, el viento golpeando en su cara, la voz fluyendo de su garganta en forma de tango, las calles esperándolo para que el las sobrevuele de arriba abajo con su jirafa de patitas redondas.

Trabajaba en un taller en el que hacían unas piezas en serie. Todos a la misma hora, de todos los días, de todos los años hacían lo mismo, cada quién sabía lo que le correspondía hacer y para eso vivían, sus mamás desde sus panzas los habían engendrado para eso, para eso se alimentaban, para eso hacían el amor una vez por semana, para eso tomaban un helado de frutilla los días de calor, para eso leían el diario los domingos, para eso miraban el programa del horario central en la tele, para eso se levantaban cada día, por suerte nunca se preguntaban absolutamente nada y seguían haciendo lo suyo, sino la tristeza se hubiera apoderado de ellos y las piezas en serie hubieran dejado de existir, ocasionando graves trastornos mundiales.

Felipe aparentemente llevaba una vida que era tan gris e insignificante como la de los demás, pero le sucedían cosas extrañas que les llamaba la atención al resto, y es que cada tanto se asomaba por la ventana a mirar su bicicleta como un obsesivo y de su boquita que tenía el aspecto de haberse esfumado sin decir nada, se le hacía una mueca brillante parecida a una sonrisa. Eso de verle a Felipe una fugáz felicidad, tenía a varios compañeros molestos, en especial a uno que se jactaba de ser el mas piola de todos y día tras día abrumaba a sus compañeros con chanzas que sólo lo divertían a él y como era de esperarse la atracción favorita de sus cargadas eran Felipe y su pequeño mundo.

Era tan grande su nariz, tan pequeñitos le quedaban los ojos, tan solas y grandes parecían sus manos, tan callada era su voz, que ademas de raro, pensaban que era tonto. Felipe no hacía nada para demostrar lo contrario, los miraba incrédulos desde esa altura inconmensurable, los miraba hasta con cierta pena, con esa vaga sensación de lástima que nos embarga cuando vemos que una persona se está perdiendo algo importante y no sabemos cómo hacérselo saber.
Felipe bajaba su cabeza para no cortarse un dedo y seguía con su trabajo, respiraba profundo mientras pensaba que en un par de horas terminaba la pesadilla de esas risas opacas y se largaba con su bicicleta a donde se le antojara.

Un día de esos en que la vida se termina sin despedida alguna, Felipe se hartó de todo, de la fábrica, del horario estricto, de la burla interminable de su compañero, de las caras de nada del resto, de la comida sin sabor y aceitosa del mediodía, de la ventana, del cuidado que tenía que tener para seguir conservando sus dedos, hasta de su nariz se hartó y le dijo a su compañero, el que lo tenía a mal traer con las gastadas, si no se animaba a escaparse con él un par de horas, para ir a dar una vuelta en su bicicleta jirafa. El compañero lo miró con los ojos alucinados y muerto de miedo, porque en el fondo era incapáz de vivir fuera de ese reducto.

Felipe lo hizo sentir cobarde con la mirada y finalmente lo convenció, allí salieron Felipe corriendo escaleras abajo; el otro dudando al pisar cada escalón que lo alejaba de su mundo de piezas idénticas. La cuestión es que llegaron los dos hasta donde estaba la bicicleta, se subieron en ella y salieron disparando.

En la calle las señoras barrían las veredas, los niños jugaban a la pelota, los señores cortaban el pasto, las mujeres iban a la feria y justo donde termina la calle principal y los girasoles del campo se funden con el horizonte, Felipe remontó vuelo con su compañero agarrado con fuerza a su cintura y no pararon hasta tocar el cielo, las nubes eran pompas de jabón y el sol se les vino encima con sus rayos enloquecidos y les quitó las manchas de grasa, les dibujó caricias en el pelo, les hizo una ruta de luz y por allí siguieron subiendo hasta tocar la luna con la punta de los dedos. Y los dos locos de contentos fueron por un rato los protagonistas de una película viendo en technicolor lo que quisieron y con los ojos bien abiertos a mas no poder tragaron felicidad.

Al día siguiente regresaron a la hora de siempre a la fábrica.
Felipe era el mismo, con su narizota de castillo, con sus manos de manubrio, con su locura aparente, el que no parecía ser el mismo era su compañero, el cargoso, estaba como enjuto, comprimido en su silla asignada, callado, desmoronado sobre su tarea, de los ojos se le escapaban rayos de sol y los demás no entendían porqué cada tanto se levantaba y espiaba por la ventana, para el lado de la bicicleta.


" y hasta yo, pibe, yo que soy las penas,
lloré de alegría bailando bajo esa luz la polka del ciclista"

Astor Piazzola - Horacio Ferrer

36 Comentarios

  1. Algo así siento yo cuando leo una buena novela o cuando hago el amor con alguna a la que quiero.
    Y últimamente escasean los buenos autores.
    Un beso, preciosa.

  2. ybris says:

    No diré nada de las narices de Felipe porque ando aún un poco atascado de las mismas.
    Pero lo de la bicicleta es una reflexión hermosa. Siempre había pensado en liberaciones de paisajes esplendorosos, espacios inmensos, cielos estrellados... pero la verdad es que una bicicleta viene a ser como las alas del cautivo y me ha traído recuerdos de cuando yo también me sentía libre sobre mi vieja bicicleta.

    Voy inmediatamente a los escritos anteriores que tengo pendientes.

    Muchos besos.

  3. Ays Pato!!
    a mi me encantan estos escritos tuyos, que me llevan a volar con cada personaje, con cada paisaje...
    mira!1
    hasta rayos me salen ahora por los ojitus...
    besos, besos mi poeta!!

  4. Noa- says:

    Una nariz grande, unos ojos saltones, unos kilos de mas, una boca extraña, unas orejas de soplillo... que más da... cada cual es como es; pero aysss todos seamos como seamos tenemos capacidad de imaginar, de soñar...

    Y tu para aquellos que seamos algo perezosos, nos dibujas el camino de los sueños a través de tus relatos, de tus letras...

    Un abrazo

  5. Je. Que bueno¡¡¡¡¡¡¡¡¡. Ummmmmmm, mi racíón de energía, ya estoy mejor, vuelvo a tener temperatura, los platos de tu restaurante me dejan relamiéndome un buen rato. Ahora cualquiera trabaja, suerte que no tengo mi bici cerca..... o mala suerte mejor dicho.

    Besos.

  6. rh says:

    ¿Sabes Pato?, cuando leía tu precioso relato me sucedía que cada poco ("cada tanto", como tú dices) se me iba la imaginación por historias adyacentes que se me ocurrían, porque todo entero me sugiere muchas cosas.

    Al final me he quedado pensando en la estupidez, esa cosa que provoca nuestra naturaleza para ser jueces e ignorantes al mismo tiempo. He tenido la fortuna de no ser nunca un personaje de esos objeto de burla constante, pero siempre me ha dolido tremendamente presenciar ese tipo de abusos. No puedo evitar imaginar a esas personas cuando están tranquilas, con la guardia bajada, disfrutando de cualquiera de sus cosas. Me los imagino con sus juegos o sus ocupaciones, con sus querencias a la vida. De la misma forma que me imagino a niños marginados jugando en el rincón de la caseta cubierta con techo de chapa o de uralita que es su casa y la de su familia, en el rincón que es su habitación y donde anidan sus juegos.

    Y yo no tiro ninguna piedra, porque todos nos volvemos mordaces y crueles de vez en cuando, pero no soporto el sonido de las carcajadas crujiendo sobre el aparente defecto de los demás.

    Me encantó el cuento, hasta he sentido los rayos del sol quemando un poco mi piel.

    Un abrazo grande.

  7. pez says:

    Ya estas revolucionandome al personal diciendo no solo que hay vida alli fuera sino encima que tiene colorines y que el sol es más grande que un tubo florescente, ya te vale.

  8. LA CAÑA, supongo que siempre queda alguien a quien querer, a falta de autores, je!

    Besos a vos.
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    YBRIS, cuando he leído lo de las narices de felipe me acordé de vos!!!!!!!!
    Y me quise morir, pobrecito Ybris, cómo estas????
    Me duele sólo de pensarlo!
    me voy para tu blog, cuando termine por acá.

    Y si a mi la bicicleta siempre me dio ese aire liberador, desde pequeña.

    Besos y que estés bien :)
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    CIELO, virtualmente has dado un paseo en bici con Felipe, que hubiera estado encantado de volar con vos, ja!

    Besitos
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    NOA, yo creo que si, que todos tenemos la capacidad de soñar, hasta los que parecen tener miedo a salirse del espacio de tierra en el que están condenados a vivir de por vida, hasta ellos si se atreven, pueden.

    De mas está decir que volar con gente como ustedes es algo mas que maravilloso, porque son peso pluma, remontan vuelo con facilidad, lo cual me encanta :)

    Besos
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    TORO, si llegamos a organizar una bicicleteada, yo llevo mi moto con sidecar y listo ajjajajjaja!!!! Eso es una antigüedad no?

    Besos :))
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    ZOOEY, ¡¡¡¡¡¡quiero leer una de esas historias adyacentes!!!!! :)

    Mirá en verdad Felipe es un personaje de mi infancia, digo personaje porque nunca llegué a conocer a su persona mas allá de lo que él dejaba ver a mis ojos de niña y lo que mas recuerdo de él ademas de su inlovidable nariz, es la felicidad que tenía cuando se subía en su bicicleta, que yo siempre vi de colores, cuando en verdad ahora que lo pienso era negra.
    Y mi intriga consistía en saber para dónde iba, mi vista lo perdía al final de la avenida y yo suponía que con esa cara de contento se iba al cielo.
    Y que allí era donde vivía.

    Me alegra que los rayos de sol te hayan llegado.

    Besos

  9. PEZ, no seas tirano y dejá que cada tanto se distraigan pobrecitos, o sólo vos podés mirar por la ventana a ver si ves tu bici?

    Besos

  10. May says:

    Qué hermoso Patin!!!! Y que lindo tema...
    Leía tu cuento y me acordaba de una frase de Baudelaire que dice: "Para conocer la dicha hay que tener el valor de tragársela"
    Porque una vez que lo hacés, te quedás pegado a la ventana y a tu bici...
    Como te dije, toy hasta las manos pero no quería dejar de visitar tu casita!!!!!!
    Besis!!!!!!!!

  11. MAY, venía pensando que no te iba a encontrar por eso de que estás hasta las manos y te vi y salió el sol :)

    No conocía esa frase de Baudelaiere, pero viene como anillo al dedo!

    Besis y bicis, ja!

  12. Nidesca says:

    oye bella,

    ¿no podrías decirle a Felipe que me dejara montar aunque sea un ratito en su bicicleta? yo también deseo volar entre pompas de jabón.

    abrazos

  13. Puck says:

    Ya volvi de la China....s los dias tristes seguidos de mas dias tristes....

    Guardare una sonrisa para ti para cuando visites mi buhardilla.

  14. NIKA, todas las vueltas que quieras, me ha dicho que se da la vuelta al mundo sobre pompas de jabón por vos, ja!

    Besos
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    PUCK, ufa!! viajar tan lejos para ver días tristes...

    He pasado por tu blog y me maté de risa, estuviste genial!

    Besos

  15. Anónimo says:

    Que bonito tu post,recorde lo que me encantaba andar en bicicleta y sentia que tenia todo el dominio de la situacion(alomejor habia alguen mirando mis andansas)....cariños

  16. Huys Pato!!!
    imaginate tu!!! Yo volando con Felipe agasapá!!
    ufff de plano o le muerdo el trasero o me da un ataque!!
    que las alturas.. ejem... me dan vértigo...:D
    besos amiga!!
    jajaja

  17. mmm Felipe, el narigon de la pizzeria, fiero pero con ese "algo"...

    Felipe el narigon de la esquina, otros de tus tantos personajes pato, tan bien descriptos, tan nostalgicos

    besos a lo piazzola y de otros tiempo

    petra

  18. meiga says:

    me ha encantado tu anterior cuento... es lindisimo!!!! ando un poco retrasada... no puedo estar todo l oque quisiera.... pero para dejar mil besikos por lo menos estoy :-)
    asi que aqui te dejo tu saquito con mil besikos vale???
    mmmmmmmuuuuuuaaaaaaaakkkkkkk

  19. Jajaja, entrañable el narizotas :))
    Imaginé una epìdemia bicicletera en la fábrica, y los ví saliendo a todos en un inmenso "tandem"
    Besos,tejedora de historias***

  20. Anónimo says:

    Veo que sigues escribiendo como diosa.

    Te abrazo y mucha luz

  21. Hilda says:

    Pobre Juana la Loca,
    que cada atardecer ve alejarse a Felipe,
    cabalgando en su montura metálica,
    a un lugar del que regresa ataviado con esa hermosura,
    que únicamente viste a aquellos que han podido rozar la luna con sus dedos,
    y han sentido como el Sol baña
    su piel con espuma dorada.
    Pobre Juana!
    Se le pasa la vida esperando
    que Felipe la rapte de su locura,
    la suba a lomos de su cabalgadura métalica,
    y la despoje para siempre
    de los arapos de tristeza
    y anodina rutina que cubren su vida.

    Lo siento Pato;cuando leo tus cuentos,a veces,las teclas se vuelven locas y escriben sólas.
    Yo únicamente quería decirte que cada vez que vengo aquí descubro un tesoro.
    Eres genial.

  22. Te dejo una cascada de besos, atrasados y adelantados... grande relato, bello, como todo lo que viene de ti.

  23. Badanita says:

    ¡MARAVILLOSO!
    Vos tenés esa esencia que te hace ser tan vos, tan Pato y tan preciosa. Es "ESO" que no puedo definir que me hace quererte asi!
    Es "eso" que te hace crear a Felipes tan mágicos, llenos de vida y R E A L E S !
    Porque existen, viven, sueñan, vuelan y nadie los mira.
    Me gusta tu Felipe, Pata mía.
    Todos tus personajes viven un ratito conmigo ... algunos se han quedado para siempre en mi casa. Les dí un lugarcito :)

    Te quiero Pata.
    p.d: Tangaso!!
    Andy

  24. JF says:

    El ciclista narigon representa la vida de muchos seres humanos que llevan una vida plana sin mayores revuelcos que su aburrido y cotidiano diario vivir.....un dia de estos tomare mi bicicleta y saldre disparando hasta tocar el cielo y observar las pompas de jabon, tambien dejare que el sol dibuje caricias en mi pelo.....saludos, muy bonitos relatos.

  25. Lo leí y automáticamente se me vino a la cabeza

    "Parece que sólo yo lo veo, porque él pasa entre la gente
    y los maniquíes me guiñan, los semáforos me dan tres luces celestes
    y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares,
    y así medio bailando, medio volando,
    se saca el melón, me saluda, me regala una banderita
    y me dice adiós."

  26. EDDY, tambien me encantaba andar en bici y a decir verdad, tambien debe haber habido un ángel cuidánome en aquellos tiempos, porque yo era un peligro!!

    Bienvenida a mi blog!

    Besos
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    CIELO, vos y felipe voladores provocarían locuras dignas de contar, ajajaj!!!!

    Besitos
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    PETRA, fiero, pero con algo que lo hace lindo :)

    Besos piazzoleros!
    -----------------------------------

  27. MEIGA, si supe que tenías el ordenadro roto o algo asi, espero que hayas solucionado todo y gracias por todos los besitos!

    Besos para vos
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    DALIA, yo lo que creo es que al final van a terminar así, porque se van a ir tentando los demas por saber qué sucedia cada vez que alguno se subia a la bici y volvía feliz, se avecina un desastre en la fabrica de piezas en serie, ajaj!!

    Besitos
    -----------------------------------
    ALEXIS, gracias y un agran abrazo!

  28. HILDA, el tesoro está dentro tuyo, lo unico que hacés acá es encontrarte con él, dejarlo salir, la genia sos vos!

    Besos y me ha encantado eso que has escrito, es bellisimo!!!
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    SOLES, besos en cascadas :)
    -----------------------------------
    ANDY, en estéreo, ja!

    Y nada que te voy a decir ¡¡VENGA UN ABRAZO!!

    Besotes

  29. JF, en algun momento casi todos hemos tenido algo de ese ciclista narigón y sólo la capacidad de soñar o de volar, nos ha salvado de caer en esa masa uniforme que son todos esos hombrecitos tristes cumpliendo al pie de la letra con su rutina.
    De vez en cuando hay que permitirse la locura, y la magia, sino estamos sonados...
    ----------------------------------
    DRACULA, mirá lo que tengo para vos

    "Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
    Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
    y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
    el loco berretín que tengo para vos"

    Un capo Ferrer escribiendo, un poeta alucinante que junto a Piazzola hicieron maravillas

    Besos


    Bienvenido a mi blog.

    Saludos
    -----------------------------------

  30. Hilda says:

    Tu comentario en mi blog me ha emocionado.Debe ser un privilegio de las locas dejar escapar lágrimas de azucar.

    Te quiero Juanapato

  31. HILDA, y yo te quiero a vos!!

    :)

    Sin duda si, las locas tenemos lágrimas de esas que cuando las tocás con los labios se derriten y van derechito al alma.

    Besos

  32. Miguel says:

    Precioso Pato , he sentido un escalofrío esta noche al leerlo, das que pensar en cada cuento que escribes, en cada relato, en cada realidad.. me reconozco en tus personajes, en esa bici..
    Millones de gracias y un abrazo.

  33. MIGUEL, yo sé que vos podés volar como Felipe, ese ha sido el escalofrío, te has ido en esa bici a dar un paseo :)

    Besos

  34. hola Pato
    he estado algo perdida, me vine de la isla a la ciudad a remendar mis ojos que cargan unos lentes que casi necesitan una nariz tan grande como la de Felipe para sostenerlos.
    Me encanta tu relato, de alguna manera todos luchamos por nuestra propia bicicleta, aunque esta sea llegar a tu casita, a leer, a visitar los blogs amigos, o a lo que te permita VOLARRRRRR!!!!!
    Durante este exilio he logrado pasarme mucho tiempo en bicicleta, sin reloj, mirando el mar y sin tener que hacer un inventario en la despensa pues como si se puede y si no, me alimento de otras cosas.
    Como no tengo mi computadora, me las arreglo de casa en casa...pero ya el domingo vuelvo a mi isla flotante

    Besos caraquenos y gracias por tus visitas

  35. Anónimo says:

    LA GATA, ahora entiendo porqué estabas como perdida, espero que de la reparación de tus ojos hayas quedado super bien y estas vacaciones fuera de la isla te llenen el alma de sensaciones, para que luego puedas plasmarlas.

    Me hace super feliz que este lugar sea una especie de bicicleta para vos, así como otros blogs amigos, a mi me sucede lo mismo :)

    Un gran abrazo!

  36. LA GATA, ups, no sé porqué salí como anónimo, pero soy yo Pato.

Gracias por tus palabras